La Organización Mundial de la Salud (OMS) es una entidad que debe atender, obviamente, a todo el mundo.
Se cuestiona mucho su independencia y rigurosidad, criticando en muchas ocasiones, por ejemplo, que está financiada por las farmacéuticas; pero lo cierto es que lleva a cabo una gran labor de divulgación y de investigación en materia de Salud.
Sin embargo, esta labor mundial debería contextualizarse por entidades similares a nivel continental, nacional y/o autonómico o regional; con el fin de ajustar las recomendaciones a la realidad de cada población.
Por eso, las recomendaciones mínimas de actividad física son precisamente eso… ¡MÍNIMAS! No por ello, en mi opinión, se debe criticar a la OMS, sino a la forma en la que se utilizan y transmiten sus mensajes…
Mientras eso ocurre, tratemos nosotros/as mismos/as de tener un espíritu crítico que nos permita saber si nuestro nivel de actividad física es suficiente o no… Así como reflexionar sobre si es adecuado o no, ya que alcanzar el tiempo mínimo, pero realizando actividades que no se ajustan a lo que necesitamos, podría alejarnos de los beneficios esperados…
¡Asumamos un rol activo en el cuidado de nuestra salud! 🤓
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