El síndrome metabólico es un conjunto de factores de riesgo de enfermedad cardiovascular y diabetes que están íntimamente relacionados entre sí, como la obesidad, la presión arterial y el perfil lipídico en sangre.
Este síndrome, por desgracia, es cada vez más frecuente en todo el mundo, y está fuertemente asociado a la mala alimentación y el sedentarismo. Por lo tanto, en el ámbito clínico es necesario identificar a los pacientes que presenten síndrome metabólico para poder reducir sus factores de riesgo, incluidos los relacionados con el estilo de vida.
Ya en 2005, hace casi 20 años, la Federación Internacional de Diabetes estableció una nueva definición mundial del síndrome metabólico (ver artículo) y propuso como criterio diagnóstico de dicho síndrome presentar 3 de los siguientes 5 factores:
- Tener una glucemia en ayunas elevada, por encima de 100 mg/dL.
- Tener un valor bajo de colesterol HDL (el considerado como “bueno”), por debajo de 40 mg/dL en hombres y de 50 mg/dL en mujeres.
- Tener los triglicéridos altos, por encima de 150 mg/dL.
- Tener valores de presión arterial elevados, la sistólica por encima de 130 mmHg y/o la diastólica de 85 mmHg.
- Tener obesidad central, definida por el perímetro de la cintura en función de cada grupo étnico (para europeos, consideraríamos tener por encima de 94 cm en hombres y de 80 cm en mujeres).
¿Cómo puedes prevenir o “salir” del síndrome metabólico? Mejorando tus hábitos, sobre todo los relacionados con la alimentación y con la actividad y el ejercicio físico.
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